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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Zacarías 10-11

Jehová redimirá a su pueblo

10 Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová, el que hace los relámpagos, os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno.

Porque las imágenes han hablado vanidad, y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor.

Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los machos cabríos; pero Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá como su caballo de honor en la guerra.

De él saldrá la piedra angular, de él la clavija, de él el arco de guerra, de él también todos los jefes.

Y serán como valientes que en la batalla huellan al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque Jehová estará con ellos; y los que cabalgan en caballos serán avergonzados.

Yo fortaleceré la casa de Judá, y daré la victoria a la casa de José, y los haré volver; porque de ellos tendré compasión, y serán como si no los hubiera desechado; porque yo soy Jehová su Dios, y los oiré.

Y Efraín será como un valiente, y se alegrará su corazón como a causa del vino; sus hijos también verán, y se alegrarán; su corazón se gozará en Jehová.

Yo los llamaré con un silbido, y los reuniré, porque los he redimido; y serán tan numerosos como lo fueron antes.

Y aunque los esparciré entre los pueblos, con todo, se acordarán de mí en lejanos países; y vivirán con sus hijos, y volverán.

10 Porque yo los haré volver de la tierra de Egipto, y los recogeré de Asiria; y los traeré a la tierra de Galaad y del Líbano, y no habrá bastante sitio para ellos.

11 Y él atravesará el mar de la angustia, y herirá en el mar las ondas, y se secarán todas las profundidades del río; y la soberbia de Asiria será abatida, y quedará suprimido el cetro de Egipto.

12 Y yo los fortaleceré en Jehová, y caminarán en su nombre, dice Jehová.

11 Oh Líbano, abre tus puertas, y consuma el fuego tus cedros.

Aúlla, oh ciprés, porque el cedro cayó, porque los árboles majestuosos han sido devastados. Aullad, encinas de Basán, porque el bosque espeso ha sido talado.

Voz de aullido de pastores, porque su magnificencia es asolada; estruendo de rugidos de cachorros de leones, porque la gloria del Jordán ha sido arrasada.

Los pastores inútiles

Así dice Jehová mi Dios: Apacienta las ovejas de la matanza,

a las cuales matan sus compradores, y no se tienen por culpables; y el que las vende, dice: Bendito sea Jehová, porque me he enriquecido; ni sus pastores tienen compasión de ellas.

Por tanto, no tendré ya más compasión de los moradores de la tierra, dice Jehová; porque he aquí que yo entregaré los hombres cada cual en mano de su compañero y en mano de su rey; y asolarán la tierra, y yo no los libraré de sus manos.

Apacenté, pues, las ovejas destinadas al matadero, ciertamente, a los más desdichados del rebaño. Y tomé para mí dos cayados: al uno le puse por nombre Gracia, y al otro Ataduras; y apacenté las ovejas.

Y destruí a tres pastores en un mes; pues mi alma se impacientó contra ellos, y también el alma de ellos me aborreció a mí.

Y dije: No os apacentaré; la que se haya de morir, que se muera; y la que haya de desaparecer, que desaparezca; y las que queden, que cada una se coma la carne de su compañera.

10 Tomé luego mi cayado Gracia, y lo quebré, para romper mi pacto que yo había concertado con todos los pueblos.

11 Y fue deshecho en ese día, y así conocieron los traficantes de ovejas que me observaban, que era palabra de Jehová.

12 Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata.

13 Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro; ¡hermoso precio en que me han valorado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché al tesoro en la casa de Jehová.

14 Quebré luego el otro cayado, Ataduras, para romper la hermandad entre Judá e Israel.

15 Y me dijo Jehová: Toma aún los aperos de un pastor insensato;

16 porque he aquí, yo voy a suscitar en la tierra a un pastor que no visitará a las perdidas, ni buscará a la extraviada, ni curará a la perniquebrada, ni llevará a cuestas a la cansada, sino que comerá la carne de la gorda, y le romperá las pezuñas.

17 ¡Ay del pastor inútil que abandona el ganado! Hiera la espada su brazo, y su ojo derecho; del todo se secará su brazo, y su ojo derecho será enteramente oscurecido.

Apocalipsis 18

La caída de Babilonia

18 Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran potestad; y la tierra fue alumbrada con su resplandor.

Y clamó con voz potente, diciendo: Cayó, cayó la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.

Porque todas las naciones han bebido del vino del ardor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites.

Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis nada procedente de sus plagas;

porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.

Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en la copa en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble.

En proporción a lo que ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, dadle así también de tormento y duelo; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y nunca jamás veré duelo;

por eso, en un solo día vendrán sus plagas; muerte, duelo y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la ha sentenciado.

Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio,

10 parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!

11 Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercancías;

12 cargamentos de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol;

13 y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias de carga, ovejas, caballos, carros, esclavos, y vidas humanas.

14 Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas han desaparecido de ti, y nunca más las hallarás.

15 Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentándose,

16 y diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, que estaba cubierta de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas!

17 Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos;

18 y viendo el humo de su incendio, gritaron, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?

19 Y echaron polvo sobre sus cabezas, y gritaron, llorando y lamentándose, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada!

20 Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios ha pronunciado juicio a vuestro favor contra ella.

21 Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó al mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada.

22 Y sonido de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá ya más en ti; y ningún artífice de ningún oficio se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti.

23 Luz de lámpara no alumbrará más en ti, y la voz del novio y de la novia no se oirá ya más en ti; porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones.

24 Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido degollados sobre la tierra.

Salmos 146

Alabanza por la justicia de Dios

Aleluya.

146 Alaba, oh alma mía, a Jehová.
Alabaré a Jehová en mi vida;
Cantaré salmos a mi Dios mientras viva.

No confiéis en los príncipes,
Ni en hijo de hombre, porque no hay en él poder para salvar.
Pues expira, y vuelve a la tierra;
En ese mismo día perecen sus proyectos.

Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,
Cuya esperanza está en Jehová su Dios,
El cual hizo los cielos y la tierra,
El mar, y todo lo que en ellos hay;
Que guarda verdad para siempre,
Que hace justicia a los agraviados,
Que da pan a los hambrientos.
Jehová liberta a los cautivos;
Jehová abre los ojos a los ciegos;
Jehová endereza a los encorvados;
Jehová ama a los justos.
Jehová protege a los extranjeros;
Al huérfano y a la viuda sostiene,
Y trastorna el camino de los impíos.

10 Reinará Jehová para siempre;
Tu Dios, oh Sión, de generación en generación.
Aleluya.

Proverbios 30:33

33 Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla;
El que se suena fuerte las narices sacará sangre;
Y el que provoca la ira causará contienda.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.