The Daily Audio Bible
Today's audio is from the CSB. Switch to the CSB to read along with the audio.
Amor de Jehová por Jacob
1 Profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por medio de Malaquías.
2 Yo os he amado, dice Jehová; y, con todo, decís: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob?, dice Jehová. Y aun así amé a Jacob,
3 pero aborrecí a Esaú, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto.
4 Aunque Edom dijese: Hemos sido abatidos, pero volveremos y edificaremos lo arruinado; así dice Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, pero yo destruiré; y les llamarán territorio de impiedad, y pueblo al que Jehová ha reprobado para siempre.
5 Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Jehová es grande hasta más allá de los límites de Israel.
Jehová reprende a los sacerdotes
6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra?, y si soy señor, ¿dónde está mi temor?, dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?
7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.
8 Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu gobernador; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto?, dice Jehová de los ejércitos.
9 Ahora, pues, yo os ruego que imploréis el favor de Dios, para que se apiade de nosotros, pues ése es vuestro oficio; pero ¿le seréis agradables?, dice Jehová de los ejércitos.
10 ¡Oh, si hubiese entre vosotros quien cerrase las puertas para que no encendierais fuego en mi altar en vano! Yo no tengo complacencia en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni aceptaré ofrenda de vuestra mano.
11 Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque es grande mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos.
12 Y vosotros lo profanáis cuando decís: La mesa de Jehová es inmunda, y cuando decís que su alimento es despreciable.
13 Habéis dicho además: ¡Oh, qué fastidio es esto!, y lo habéis tratado con desdén, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y así presentáis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano?, dice Jehová.
14 Maldito el tramposo, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo defectuoso. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.
Reprensión de la infidelidad de Israel
2 Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento.
2 Si no escucháis, ni decidís de corazón dar gloria a mi nombre, dice Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido ya, porque no lo habéis decidido de corazón.
3 He aquí, yo voy a maldecir la sementera para daño vuestro, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamente con él.
4 Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que mi pacto fuese con Leví, dice Jehová de los ejércitos.
5 Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di; y de temor, y tuvo temor de mí, y guardó reverencia a mi nombre.
6 La ley de la verdad estuvo en su boca, y no fue hallada iniquidad en sus labios; anduvo conmigo en paz y en justicia, e hizo que muchos se apartasen de la iniquidad.
7 Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque él es el mensajero de Jehová de los ejércitos.
8 Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos.
9 Por tanto, yo también os he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas.
10 ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?
11 Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario de Jehová que él ama, y se ha casado con la hija de un dios extraño.
12 Jehová cortará de las tiendas de Jacob al hombre que haga esto, al que vela y al que responde, y al que ofrece ofrenda a Jehová de los ejércitos.
13 Y esta otra cosa hacéis: cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor, porque no mira más vuestra ofrenda, ni la acepta con gusto de vuestras manos.
14 Y aun así decís: ¿Por qué? Porque Jehová es testigo entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.
15 ¿No hizo él un solo ser, que tiene aliento de vida? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud.
16 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dice Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.
El día del juicio se acerca
17 Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová, y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios del juicio?
Cielo nuevo y tierra nueva
21 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más.
2 Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de junto a Dios, dispuesta como una novia ataviada para su esposo.
3 Y oí una gran voz procedente del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos [como su Dios][a].
4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
7 El que venza heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
La nueva Jerusalén
9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas siete plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven acá; yo te mostraré la novia, la esposa del Cordero.
10 Y me llevó en espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de junto a Dios,
11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;
13 al oriente, tres puertas; al norte, tres puertas; al sur, tres puertas; al occidente, tres puertas.
14 Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.
16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.
17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.
18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al cristal puro;
19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;
20 el quinto, sardónica; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.
21 Y las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente.
22 Y no vi en ella santuario; porque el Señor Dios Todopoderoso es el santuario de ella, y el Cordero.
23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
24 Y las naciones [que hubieren sido salvas][b] andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
26 Y llevarán la gloria y el honor de las naciones a ella.
27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Exhortación a Israel, para que alabe a Jehová
Aleluya.
149 Cantad a Jehová un cántico nuevo;
Su alabanza resuene en la congregación de los santos.
2 Alégrese Israel en su Hacedor;
Los hijos de Sión se gocen en su Rey.
3 Alaben su nombre con danzas;
Con pandero y arpa le canten.
4 Porque Jehová se complace en su pueblo;
Hermosea a los humildes con la salvación.
5 Regocíjense los santos por su gloria,
Y canten aun sobre sus camas.
6 Haya alabanzas a Dios en sus gargantas,
Y espadas de dos filos en sus manos,
7 Para ejecutar venganza entre las naciones,
Y castigo entre los pueblos paganos;
8 Para aprisionar a sus reyes con argollas,
Y a sus nobles con cadenas de hierro;
9 Para ejecutar en ellos el juicio decretado;
Un honor será esto para todos sus santos.
Aleluya.
Elogio de la mujer hacendosa
10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su valía sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
11 El corazón de su marido confía en ella,
Y no carecerá de ganancias.
12 Le aporta ella dicha y no desventura
Todos los días de su vida.
13 Busca lana y lino,
Y con ánimo alegre trabaja con sus manos.
14 Es como nave de mercader;
Trae de lejos sus provisiones.
15 Se levanta cuando todavía es de noche
Y da comida a su familia
Y labor a sus criadas.
16 Observa una finca, y la compra,
Y planta una viña del fruto de sus manos.
17 Ciñe con fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.
18 Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.
19 Aplica su mano al huso,
Y sus palmas sostienen la rueca.
20 Alarga su palma al pobre,
Y extiende sus manos al menesteroso.
21 No tiene temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está vestida de trajes forrados.
22 Ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido.
23 Su marido es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra,
24 Hace telas, y las vende,
Y da ceñidores al mercader.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.